Una de las noticias de estos días ha sido la milagrosa recuperación de Jorge Lorenzo, que corrió la carrera de MotoGP del gran premio de Bélgica de motociclismo habiendo sido operado de una fractura de clavícula sólo 35 horas antes de la carrera. Lo más sorprendente es que acabó en un más que heroico quinto lugar.
Lo primero que pensé fue en el estudio sobre absentismo que pocos días atrás publicó Adecco y en el que España está a la cabeza, desgraciadamente. Aunque sea por una sola vez, Jorge Lorenzo ha ayudado a reforzar la marca como país que circunstancias como las del informe se encargan de perjudicar día a día. España, con una media de 11,6 días “perdidos” por trabajador y año, se caracteriza por ser el país con mayor nivel de bajas laborales entre los países analizados y presenta una tendencia muy creciente en el tiempo.
Al ver estos datos pensé que posiblemente seríamos el país con más siniestralidad y por tanto, los datos eran en cierta medida lógicos. Consulté las estadísticas de Eurostat y no, no somos el país con mayor número de accidentes. Por tanto el problema es otro.
Otro dato que me llamó la atención, fue que España es el país de Europa cuyas denuncias ciudadanas han provocado la retirada de más productos en la UE. Por tanto, conocemos cuáles son nuestros derechos y los hacemos valer más que nadie. Pero, ¿y nuestras obligaciones? A la vista está que cuando tocamos este punto ya no somos tan rigurosos como en el capítulo de los derechos.
En definitiva: no hace falta ser Lorenzo, pero debemos revisar los procedimientos actuales de gestión del absentismo y concienciarnos de que tenemos unas obligaciones a cumplir si queremos salir del pozo.
Por cierto, Pep Guardiola también se encargó hace poco de romper otro estigma que tenemos en este país: no sabemos idiomas. Pep demostró que sí se puede. Chapeau.
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