Foto: Carlos Fuente
Hoy
estábamos a 30 grados en Madrid, y yo con corbata y traje sudando como un
pollo. Suscribo totalmente el artículo de Carlos Fuente, Director del Instituto
Universitario de Protocolo de la Universidad Camilo José Cela que adjunto a
continuación. Creo, y no es broma, que en base a la PRL se debería prohibir el
uso de corbatas en ambientes calurosos.
"La
corbata indignante
El
verano y la corbata para mí son incompatibles, y especialmente en días como los
que estamos viviendo más. Hoy hacia 33 grados cuando traje en ristre y corbata
al cuello iba a una grabación televisiva. La verdad es que me sentía totalmente
ahogado. Puede que influya que fuera lunes en eso de la falta de aire. Caminaba
por la calle y la gente me miraba como un bicho raro. O al menos eso pensaba
yo: ¿qué hace este tipo con corbata, sudando la gota gorda?
Es
una pregunta que también me hago yo cuando voy más informal y veo a un tipo de
estos de corbata arrastrándose por el suelo camino del bonito momento de
desaflojar y quitar la soga, porque eso es lo que es, una soga. Soy defensor de
ir reduciendo el uso de la corbata en el hombre como prenda obligatoria en las
relaciones sociales. Pero tengo mis dudas existenciales de cuándo hay que
llevarla y cuándo no. ¿Es conveniente salir en la tele sin corbata, cuando
hasta la presentadora me esperaba con alfombra, silla isabelina y tacones? Si
aparezco sin corbata les mato el programa. Y sin embargo es probablemente lo
que correspondía.
Me
recomendaba un amigo que hiciera como él. Chaqueta al hombro, corbata en el
bolso y antes de presentarse ponerse la etiqueta. Quizá sea una buena solución
en estos días de calor. Pero no sería mejor solución comenzar a hacer la guerra
a esta prenda tapabotones de camisas o servilletas encubiertas para comidas de
negocios u oficiales. Hombre, bajo un aire acondicionado todo se soporta, hasta
estar en un cóctel de pie dos horas.
Precisamente,
el otro día en un encuentro de lobby, en un conocido club de la capital, se nos
pedía a todos que fuéramos de corbata, y efectivamente todos menos dos
cumplimos con la etiqueta. Pero a nadie la pareció raro que el superconocido
odontólogo y el apreciado constructor fueran sin corbata. Con el calor que
pegaba en aquella terraza seguramente fueron los que más disfrutaron. Y me
pregunto: ¿para qué la corbata? Seguro que todos hubiéramos estado mucho mejor
sin corbata.
De
cualquier forma me consuela que salvo excepciones pocas veces me pondré corbata
este verano y también que cada vez veo más amigos incondicionales de la corbata
que prescinden de ella en más ocasiones de las que podía imaginar y no sólo en
verano. Llevo años prediciendo que la corbata terminará por dejar de ser prenda
obligada en actos de protocolo. Al tiempo. Y si alguien se opone, le pongo a
pasear por la Puerta del Sol a las 14.00 horas de un buen día de julio. Soy un
indignao de la corbata en verano… O lo que es lo mismo es indignante la corbata
a 30 grados bajo el sol…"
Carlos
Fuente
¡Ye un riesgo u no ye!, pues entonces habrá que contemplarlo en las evaluaciones, procedimientos, protocolos etc.
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